Los mapas de México y Estados Unidos no fueron como los conocemos en la actualidad. Los Estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México y Texas y parte de Arizona, así también como Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma, pertenecieron a México alguna vez, aunque hoy por hoy te pueda parecer raro. A lo largo de la historia hubo distintos conflictos internacionales, pero el del país Azteca y Norte América quizás es uno de los menos conocidos de la Geografía Americana.
¿Cómo es esto? La historia comienza en 1846, cuando Estados Unidos y sus pretensiones expansionistas se introducen en terreno Mexicano. El país hispanohablante se encontraría desgastado tras 11 años de guerra, conflicto que puso fin al dominio español en el país latinoamericano (1810-1821).
Durante la independencia Mexicana, el territorio del actual Estado de Texas, quedó enmarcado dentro del territorio mexicano, en el estado de Coahuila y Texas, uno de los 19 estados que componían el país durante lo que fue la República Federal durante los años 1823-1835.
Pero Texas en el año 1836 declararía su independencia, tras varios meses de guerra con México, formando así la República Texana, después de que Estados Unidos rechazara su anexión al tratarse de un estado esclavista.
Finalmente en el año 1845, James Polk, presidente de los Estados Unidos anexaría a Texas al país norteamericano, algo que llamo la atención del país vecino, México. Éste nunca reconoció esta unión y declaró la acción tomada por Estados Unidos como un acto hostil y rompe todo tipo de relaciones diplomáticas con el país norteamericano.
Por otra parte Estados Unidos pretendió negociar la compra de Alta california y Nuevo México, hecho que México ignoró completamente.
El comienzo de la Guerra entre México y Estados Unidos
La nueva adquisición de Estados Unidos comenzaría a marcar el inicio de la guerra. La configuración fronteriza daría origen a lo que culmino con pérdida para el país azteca.
Los mexicanos sostenían que el Río Bravo era el límite fronterizo, mientras que los Estados Unidos sostenían que el Río Nueces determinaba la brecha entre ambas naciones. Por seguridad, y como pretexto proteger al pueblo texano de cualquier ataque mexicano, Estados Unidos envía tropas a cuidar de sus nuevas tierras.

Los primero ataques armados se producen en el año 1846, año en el que Estados Unidos le declara oficialmente la guerra a México, la cual días después se produciría la reacción inversa. Estados Unidos logra infiltrarse en el país vecino por diferentes puntos dejando a México, prácticamente golpeado, la batalla más insignificante tuvo lugar el 21 de septiembre donde se derrota al ejército azteca y la marina norteamericana bloquea los puertos del Golfo de México y el Océano Pacífico.
El final de la Guerra: México pierde la mitad de su territorio
El 2 de febrero del año 1948, se firmaría el tratado de Guadalupe-Hidalgo, el cual quedaría ratificado pocos meses después, 30 de mayo.
Este tratado establecía que México cedería más de la mitad de su territorio, lo que hoy comprendería los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México y Texas y parte de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.
Otro de los puntos críticos fue que México debería renunciar a todo reclamo sobre Texas y la frontera internacional se establecería en el Río Bravo. Por otro lado Estados Unidos debería pagar 15 millones de dólares por los daños ocasionados en territorio mexicano durante la guerra. Este tratado y la historia que conlleva, es considerado uno de los capítulos más oscuros del país Mexicano.