El conjunto de un río y sus afluentes y a su vez subafluentes, constituye una red hidrográfica. El territorio y la red hidrográfica que lo irriga conforman lo que llamamos cuenca. Las cuencas se clasifican en abiertas o exorreicas, cerradas o endorreicas y arreicas, dependiendo de su desembocadura.
Cuencas abiertas o exorreicas
Una cuenca exorreica es un sistema «abierto» de circulación de agua por la superficie de la tierra, cuyos ríos principales de recolección y desagüe desembocan en el mar, es decir fuera del territorio. En el mundo existen siete cuencas exorreicas que corresponden a los siete grandes cuerpos de agua oceánica y dos de los mares más grandes.
- Cuenca del Atlántico
- Cuenca del Pacifico
Cuenca del Plata, una de las mas importantes de América del Sur. - Cuenca del Índico
- Cuenca del Mediterráneo
- Cuenca del Caribe
- Cuenca del Ártico
- Cuenca del Antártico
Cuenca cerrada o endorreica
Una cuenca endorreica es un sistema “cerrado” tanto de circulación como de drenaje de agua, los ríos desembocan en cuerpos de agua internos a las masas de tierra sin salida alguna al mar. Estos cuerpos de agua donde terminan desembocando pueden ser pantanos, lagunas o grandes lagos.
Un claro ejemplo es la cuenca del Mar Caspio es una de las más famosas por tener un lago interno, considerado el más grande del mundo, involucrando a países como Rusia, Irán, Kazakstán, Turkmenistán y Azerbaiyán.
Cuenca arreica
Por último las cuencas arreicas son aquellas cuencas hidrográficas cuyas aguas no desembocan ni en mares, ni en lagos, pues terminan evaporándose o se infiltran en el suelo hasta desaparecer. Por lo general estas cuencas se presentan en zonas donde los climas son áridos o desérticos, un ejemplo es la cuenca situada en la depresión de Qattara, ubicada en el desierto de libia.
Pingback: Pensarnos con el agua: cuencas hodrográficas – Planeteando