Desde los tiempos más remotos la tierra está sometida a continuos movimientos, estos desplazamiento de las masas continentales recibe el nombre de deriva continental. Esto se debe a que la continúa salida de material del manto por debajo de la corteza oceánica genera una fuerza que empuja a los continentes y esto lo hace mover de lugar.
A finales del paleozoico y comienzos del Mesozoico las tierras emergidas en el planeta se agrupaban en un único supercontinente llamado PANGEA.
Hacia fines del jurásico y por producto del desplazamiento de las masas, que permitió la apertura del mar de Tetis, dividió a pangea en dos bloques, el superior Laurasia (Eurasia y América del norte)

y Gondawana, nombre que recibió el bloque continental meridional de el surgieron África, Sudamérica, Australia, Madagascar y la Antártida. Estas mismas fuerzas continúan actuando haciendo que la separación de los continentes llegue a la representación que tenemos actualmente de la tierra.